LAS SAETAS
El hacer un estudio sobre la Historia de la Saeta Flamenca es extraordinariamente completo, pues desconocemos los origenes de esta, y con muchas dificultades podemos atisbar los cambios evolutivos que se producen en ella a lo largo de los tiempos. No sabemos tampoco por qué se llamo saeta a las coplas cantadas en Semana Santa para expresar el dolor mistico de nuestras Virgenes, de nuestros Cristos, nuestros Flagelados y Dolorosas.
Sabemos que es una modalidad de cante que se interpreta al paso de las procesiones durante estos días en los que se representa la pasión de Jesucristo, y que se entonan desde un balcón o la calle, en el momento en que las imagenes pasan por delante del cantaor y cuando entran o salen del Templo.
Ignoramos tambien el momento de su aparición, pero como muy bien dicen Ricardo Molina y Antonio Mairena, tan habituados a ella, que no concebimos de Semana Santa sin saeta.
Podemos afirmar que la primera gran evolución se produce con la aparición del cante, ya que las que nos han llegado a nosotros no son más que derivaciones de las Tonás, aunque es evidente tambien la influencia de Salmos y cantes de Sinagoga, precisamente las primeras, es decir, las derivadas de las Tonás son las más nuevas, las que mejor conocemos y las que se cantan desde balcones, calles y Plazas.
Las segundas son narraciones de los Evangelios, que solo se recitan y cantan en determinadas localidades de Andalucia, como Puente Genil, Marchena, La Puebla de Cazalla, etc.
Como consecuencia de todo esto, vemos que es verdaderamente dificil hacer un estudio detallado y objetivo sobre la denominación y el origen de la saeta, su momento de aparición y los cambios que ha sufrido. Benito Mas y Prat dice que aunque se desconoce el motivo de su nombre, hubiese sido dificil hallar otro más adecuado, ya que "la saeta es rápida, corta el aire silbando y, si llega a penetrar en la carne viva, hace que brote a torrentes la sangre:el cantar popular asi llamado, es ligero y agudo, sube al espacio como la saeta y penetra en el corazón de los que poseen la viva fe cristiana, asiendoles recordar el sangriento episodio de la Pasión y Muerte de una manera desgarrada y casi palpable".
Antonio Mairena también aboga por el acierto de este nombre, ya que se trata de un cante que asciende rápido y certero, volador e hirviente, mezcla de plata y ébano.
La saeta, por tanto, es expresión viva y ansestral del misticismo andaluz, no hace escala.
Surge brusca del corazón y la garganta del cantaor y lleva consigo el sentimiento y la pasión de este ante la Imagen de su devoción. Es en realidad una oración pública que arrastra consigo el colectivo sentir de la muchedumbre agolpada en la plaza, en la calle o en el Templo.
Quien te a abrazado a ese madero,
quien te ha coronado de espimas,
quien te ha hecho mirar al cielo,
¿Viva tu Madre amada
del Divino Consuelo!
Eres guapa y lucentina
y de ña tierra eres la flor,
en el cielo soberana
también la madre de Dios,
y estrella grande de la mañana.
Por Luis G. Contreras Delgado
OTRAS SAETAS
Ya va a morir el Cordero,
Semana Santa en Lucena,
no hacen falta aquí dineros,
pues, se saca de la pena
la fuerza de sus santeros.
¡Qué pena me da tu pena
Virgen de la Soledad!
Cuando buscas a tu Hijo
por las calles de Lucena
y sin dejar de llorar.
Sobre alfonbra de cabezas
parece que vas andando;
y los santeros se mecen
cuando una voz va cantando
los píropos en saetas.
Malvado entre los malvados
quien te hízo a ti llorar
el dolor de aquellos claros
en la carne de tu Hijo
que en tu alma fue a clavar.